parte más del pórtico del juicio final en la Abadía Sainte-Foy, Conques

En el altar principal, que se puede rodear por el deambulatorio, se guardó durante siglos el tesoro. Se trataba de las reliquias de Sainte Foy y de otros santos cristianos que fueron aumentando la atracción por Conques. Incluso de los regalos de Carlomagno, con una enorme “A” con la que obsequió a esta iglesia abacial que tanto admiraba. Todos estos restos y objetos se protegían con un enrejado que aún sigue a la vista el cual fue fabricado con las cadenas que sirvieron para apresar y encarcelar a los infieles musulmanes capturados durante las Cruzadas y donde Francia jugó un papel muy destacable.
(6 de Julio de 2006)