Portada de la catedral Notre-Dame, Avignon

En la Bula Unam Sanctam (1302) no sólo consolidó la teocracia pontificia, sino que intentó imponersela a Felipe el Hermoso de Francia, quizá el monarca más secular de la época. El enfrentamiento terminó con la prisión y afrenta del papa en Agnani a manos de Guillermo de Nogaret, consejero de Felipe el Hermoso. Un mes más tarde moría Bonifacio VIII y al poco después su sucesor, Benedicto XI que había iniciado un eficaz proceso de conciliación. El cónclave resultó tan dividido que duró once meses sin resultados y terminó por elegir al arzobispo de Burdeos, Clemente V (1305-1314), que tras un período errabundo se instaló en Aviñón (1309). Se inició así la llamada "cautividad de Babilonia", en la que el pontificado tuvo una clara impronta francesa: lo fueron los siete papas que allí se sucedieron y el noventa por ciento de los cardenales. Los Estados de la Iglesia italianos quedaron en la anarquía, lo que hizo que la corte aviñonense organizase un sistema fiscal tan eficaz como impopular, que dañó el prestigio papal.
(8 de Abril de 2009)