Cúpula de la catedral Notre-Dame, Avignon

También en el clero bajo se daban serios problemas, si bien hay menos datos y las afirmaciones de los reformadores suelen ser siempre excesivas. La realidad es que había demasiados clérigos y muchos vivían miserablemente, eran poco ilustrados –excepto la minoría que acceda a las universidades–, y el concubinato no era raro. Las órdenes religiosas estaban en una situación similar, en parte por la entrada indiscriminada de nobles y burgueses sin consideración vocacional alguna, lo que llevaba a que en muchas apenas se observase la clausura y la pobreza. Es significativo que al producirse la revuelta luterana muchos religiosos descontentos aprovechase la ocasión para abandonar sus conventos y desprenderse de hábitos y votos.
(8 de Abril de 2009)