Casa del amor, Alberobello

“Esto tenía una razón de fondo económico, como casi todo en la vida”, me dice Peppe con su nudoso dedo en alto. Y es que, en aquella época, existía una ley del Reino de Nápoles –en el cual se encontraban aquellas tierras– que obligaba a pagar impuestos a cualquier aglomeración urbana. Esas sencillas casas, al no tener cemento, podían demolerse en un abrir y cerrar de ojos, en el caso de que una inspección regia se aproximara a la zona.
(15 de Mayo de 2023)