Puerta de la catedral de Saint Étienne, Cahors

Grenouillac, señor de Assier y gran maestre de artillería del rey François I, al cargo de Senescal de Quercy, el Renacimiento ha dejado pocas huellas en la ciudad: solo una casa de la calle Bergougnoux y el arcedianato Saint-Jean ostentan un copioso decorado. En el s. XVII, Cahors experimenta un nuevo desarrollo religioso en el marco del movimiento de la Contra-Reforma orquestado por el obispo Alain de Solminihac, quien restaura su diócesis y funda un gran seminario. Las administraciones de la Cour des Aides (Tribunal de Cuentas) y del tribunal des Élus (Tribunal de los Electos) atraen a los magistrados y a un importante personal, quienes renuevan las casas medievales que ocupan adaptándolas al gusto de la época, como lo demuestran las bellas puertas esculpidas, las "mirandes" (ventanas o galerías típicas de la arquitectura tolosana) y las escaleras con tramos rectos.
(5 de Julio de 2006)