Capilla de San Antonio de Padua en la Catedral de Saint Nazaire, Béziers

Buscando las Arènes romaines, llegamos a la Iglesia de San Jacques (Plan St. Jacques, abierta todos los días de 10:30h a 12:30h y 16h a 18h) que sorprendentemente estaba abierta fuera de horario. Esta iglesia románica inauguró en 2013 unas bellas vidrieras de gran colorido que sustituyen las que se perdieron 50 años antes en un incendio. Desde el exterior hay unas buenas vistas de la ciudad, del río Orb ¡y hasta de los Pirineos!. Seguimos buscando las Arènes romaines, que no cierran a medio día (10 h a 19h). Es difícil encontrar las entradas (un callejón en la Rue des Anciennes Arenes tiene un mirador que permite verlas desde cierta altura y se accede a ellas por la Rue du Moulin á Huile). Nosotros que esperábamos encontrar un mini coliseo como el de Roma, ¡y es un patio de viviendas con algunas ruinas!. Hay que echarle algo de imaginación para ver el anfiteatro del s. I que podía acoger 13.000 espectadores.

El Molino Cordier incorporó en el s. XIX una máquina de vapor para permitir subir el agua a la ciudad.
Para las calurosas tardes de verano en Béziers, os recomendamos tomar la merienda en la Brasserie du palais, en la Place de la Revolution. Aquí podrás encontrar desde tremendos y grandes postres de helado hasta crujientes y deliciosas crêpes, pasando por la bebida típica del sur, agua con sirope de fruta, un refresco suave y ligero que te quitará la sed al instante. Entre los siropes, podrás escoger desde los típicos sabores de limón o fresa hasta otros de fragancia floral, como el de violeta, menta o vainilla. Y por supuesto, también podrás hacer un alto para comer o cenar una de sus recomendables y completas ensaladas por un precio muy económico. El servicio es cordial.
(10 de Abril de 2009)