Detalle del claustro de la Basílica Menor de San Trófimo, Arles

Por este motivo, el románico provenzal acoge elementos tratados de forma diferente al de otros lugares, cuyo denominador común es un fuerte sustrato clásico. Si en lo decorativo es frecuente encontrar columnas de tipo romano, con capiteles corintios o compuestos, en ocasiones con fustes marmóreos reaprovechados de ruinas romanas, en la elaboración de frisos y tímpanos se toman como fuente de inspiración los trabajos escultóricos que pervivieron en las ruinas romanas y especialmente en la masiva y variada muestra de sarcófagos paleocristianos, en ocasiones reconvertidos en mesas de altar.
(7 de Abril de 2009)